¡°Nos dedicamos a sobrevivir¡±
A mediados de mayo EL PA?S lanz¨® una pregunta a sus lectores: ?C¨®mo es ser joven en 2021? ¡°Si hay una palabra que nos define es precariedad¡±, dec¨ªa uno de los m¨¢s de 350 mensajes recibidos. El paro, los contratos basura, la temporalidad o los bajos sueldos fueron los temas m¨¢s recurrentes entre las respuestas
¡°Mientras el paro juvenil pone la piel de gallina, importa un huevo lo que diga tu curr¨ªculum. Por eso Amparo escribe el m¨ªo¡±. Amparo es una gallina ponedora que picotea un teclado cubierto de pan rallado, rellenando al azar el curr¨ªculo de Albert Rius, publicista barcelon¨¦s de 26 a?os. El v¨ªdeo que envi¨® al buz¨®n de EL PA?S es una ¡°protesta¡±, dice, ¡°cansado¡± de no obtener ¡°respuesta alguna¡±. Albert ha vuelto de Buenos Aires tras dos a?os trabajando en la agencia BBDO, donde gan¨® un premio del C¨ªrculo de Creativos Argentino. En su perfil de Linkedin hay contratos de 6 meses en prestigiosas agencias como Ogilvy o Saatchi & Saatchi. Pero no le sale nada. Albert envi¨® tambi¨¦n un gif, en el que intenta atrapar sin ¨¦xito a Amparo en el patio de la casa de su madre, a la que ha vuelto. Sobre la animaci¨®n se lee: ¡°Yo tratando de conseguir un trabajo¡±.
El mensaje del publicista es un respiro de humor ¨¢cido en el mar de los m¨¢s de 350 mensajes recibidos por EL PA?S con la pregunta ¡°?C¨®mo es ser joven en 2021?¡±. La mayor¨ªa destilan frustraci¨®n laboral y rabia. ¡°Es triste ver que la gente ha dejado de preocuparse de sus sue?os y se ha dedicado a sobrevivir, estamos anestesiados¡±, resum¨ªa Franco Moyano, coctelero en Barcelona, en un intento de describir ese navegar el d¨ªa a d¨ªa, sin tierra a la vista, de su generaci¨®n. Manuel Mart¨ªn, profesor interino de 34 ¡ªque no sabe si tendr¨¢ plaza el a?o que viene¡ª, le pon¨ªa nombre al problema: ¡°Si hay una palabra que define a la juventud actual es precariedad. En todos los ¨®rdenes de la vida, en la visi¨®n que tenemos de nuestro futuro¡±. Camino de la f¨¢brica en la que trabaja a trav¨¦s de una empresa de empleo temporal, Luis, de Zaragoza, 27 a?os (currando desde los 17) contaba en un audio ¡ªsus pasos de fondo¡ª que el futuro que era capaz de ver se extend¨ªa tan solo una semana: ¡°Hasta ver si me vuelve a llamar o no la ETT¡±.
El drama del paro juvenil, que alcanza en Espa?a el 27% entre los 20 y los 29 a?os (frente al 12% de media en la Uni¨®n Europea), aparece en primera persona en muchos de los mensajes. A Vanessa, de 28, trabajadora social, se le acab¨® el contrato en pr¨¢cticas y la sustituyeron por la siguiente. Tambi¨¦n ha tenido que volver a casa de sus padres. Su novia est¨¢ igual, ambas van a terapia: ¡°No vemos esperanza y en la Espa?a rural a¨²n hay menos oportunidades¡±, dice desde Castilla-La Mancha. Enrique, tambi¨¦n en paro en Ciudad Real se pregunta: ¡°?C¨®mo podemos tener experiencia si con 25 o 30 a?os nos piden cosas inalcanzables a esa edad? Nos preparan para competir de manera despiadada entre nosotros, para trabajar en empresas que nos exigen demasiado en todos los sentidos¡±. Exigencias como las de una oferta que describe otro mensaje: ¡°Te damos 300 euros pero tienes que tener 4 a?os de experiencia, coche, estar en la oficina 8 horas al d¨ªa y adem¨¢s tener el m¨¢ster del m¨¢ster para ser apto al puesto¡±. Muchos narran sus d¨ªas buceando en portales como Infojobs, algunos cuentan c¨®mo rebajan sus curr¨ªculos para encontrar trabajo ¡°de lo que sea¡±.
Los que s¨ª tienen trabajo, aunque se consideran afortunados (¡°y yo tengo suerte¡±, fue una coda recurrente en muchos mensajes), descubren que no han atrapado a la gallina de los huevos de oro. Daniel Cant¨®n, 26 a?os, Ingeniero Industrial, tres idiomas y m¨¢ster, ha pasado por cuatro empresas y lo m¨¢ximo que ha conseguido han sido 1.000 euros mensuales de una beca ¡°que en realidad oculta una subcontrataci¨®n¡±, advierte. Borja, 32, camarero, ha hecho jornadas de 10 horas a 30 euros al d¨ªa. Isabel, 25, economista, cobra 700 euros al mes. Rania, 20, ni?era, ha llegado a cobrar hasta dos euros la hora. A veces, el sueldo es nada. Cero. Lo cuenta Daniel Mate Cabello, 24 a?os: ¡°He hecho cinco pr¨¢cticas con diferentes empresas y entidades p¨²blicas de las cuales ¨²nicamente dos me han dado una ¡®ayuda econ¨®mica¡¯ por mis 40 horas semanales trabajadas que en ning¨²n caso llegaba al m¨ªnimo interprofesional¡±.
Los sueldos rid¨ªculos son solo una pata del precariado. La temporalidad en Espa?a llega al 53%, comparada con el 33% en la UE (Eurostat). Manuel Ferichola lleva seis meses en un supermercado: ¡°Es el trabajo que m¨¢s me ha durado¡±, dice, ¡°me he dedicado b¨¢sicamente a encadenar contratos de tres meses en ¨¦pocas altas como Navidad¡±. Tiene 31 a?os. Como ¨¦l, muchos de los j¨®venes atrapados entre las dos debacles econ¨®micas se han acostumbrado a lo que Sendoa Aguirregoitia llamaba en su mensaje ¡°una crisis perpetua¡±. Sienten que el pacto se ha roto, que al final del esfuerzo no hay recompensa. Algunos mencionan su falta de fe en el sistema, se niegan a ¡°matarse a trabajar¡±, parecen m¨¢s conscientes de los horarios abusivos o la necesidad de conciliar que generaciones anteriores, hablan de la ¡°mentira del capitalismo¡± y el papel mojado de sus promesas. Pocos mencionan expectativas de triunfo profesional o salarial, la mayor¨ªa buscan tan solo ¡°estabilidad¡±. Incluso los m¨¢s j¨®venes dicen que opositar o emigrar son las ¨²nicas v¨ªas posibles para encontrarla (a ello dedicaremos el pr¨®ximo cap¨ªtulo de esta serie). Por el camino, se nota que se han abandonado vocaciones y sue?os; desperdiciando un talento que tal vez no se desarrollar¨¢. Antes de empezar, Pablo, estudiante de 25, se ve ¡°rodeado de gente sobrecualificada currando de camarer@s y sin esperanza de tener una vida propia¡±. Juan, 23 a?os, tras ¡°buscar enloquecidamente¡± trabajo en Granada, donde hizo la carrera, ha vuelto a Valdepe?as. Sigue estudiando y trabaja por las tardes en un Burger King: ¡°Un trabajo digno, pero si has estudiado se supone que es porque quieres dedicarte a ello. As¨ª que ves que tienes dos caminos; adaptarte, no hacer nada, estancarte, o intentar hacer a¨²n m¨¢s cosas¡±.
Sin embargo, muchos no encuentran la gasolina para seguir confiando. Critican a los gobiernos y las clases pol¨ªticas, al sistema educativo o a la gran empresa, pero tambi¨¦n a s¨ª mismos. Algunos se consideran parte de una generaci¨®n ¡°malacostumbrada¡±. Pero incluso ellos consideran que el problema de la precariedad juvenil no es solo suyo, sino de una sociedad que mira para otro lado. ¡°Lo peor de todo¡±, dice Sergio, 24 a?os, ¡°es que gritamos ayuda, pero nadie nos escucha¡±.
Testimonios
MARIEM MART?NEZ
Contratada por una empresa de empleo temporal, nunca he tenido un contrato indefinido. Vivo en Madrid por trabajo y el 40% de mi sueldo lo destino al alquiler de la vivienda. No me permito pensar en el futuro. Simplemente no puedo planear ni elegir nada: no puedo planear comprar vivienda porque no me conceder¨ªan hipoteca, no puedo elegir d¨®nde quiero vivir en un futuro, eso lo decidir¨¢ el trabajo que tenga. Tampoco puedo decidir qu¨¦ trabajo quiero tener, lo dir¨¢ el mercado laboral. No puedo elegir destino de vacaciones, pues al tener un empleo temporal no s¨¦ si para verano seguir¨¦ contratada. Tampoco puedo elegir el barrio donde quiero vivir, lo hace por m¨ª el mercado inmobiliario, que me se?ala los barrios donde puedo pagar el alquiler. Eso s¨ª, el bar donde me voy a tomar la ca?a del viernes s¨ª lo puedo elegir. Me siento atrapada en un bucle.
?NGEL JES?S S?NCHEZ
La generaci¨®n imposible. Tener un trabajo digno, que ya no digo de lo que has estudiado, IMPOSIBLE. Tener una casa en propiedad, o un alquiler para independizarse, IMPOSIBLE. Un coche, IMPOSIBLE. Tener estabilidad a los 31 a?os, IMPOSIBLE. La maldita crisis econ¨®mica comienza por apretar y recortar las becas de estudio y sus requisitos de acceso, pero, tranquilo, est¨¢s estudiando una carrera universitaria, la cosa ir¨¢ bien, ?o no? Pobre del que estudi¨® historia, ADE, o mi querida vocaci¨®n, Periodismo. Si nos lo llegan a decir antes... ?Estudia el Tato! Terminas la carrera, de empleo vamos cortitos, muchas pr¨¢cticas y pocos contratos que te permitan llevar una vida media. Tus ¨¢nimos est¨¢n a cero y te toca una pandemia, la vives en el paro, de vuelta a casa de tus padres y sinti¨¦ndote con 31 a?os la persona menos realizada del mundo.
ANDREA L. P.
Ser joven es no conseguir un trabajo de verdad. Que tengas carrera, m¨¢ster y cursos de especializaci¨®n y vayas a entrevistas de lo tuyo y te digan que buscan a alguien m¨¢s 'senior' a pesar de tus pr¨¢cticas gratuitas y voluntariados. Nadie te da la oportunidad de empezar. Y mientras, tienes que trabajar en una tienda, de teleoperadora o camarera, de lo que salga, con contratos de mierda (que ahora, con la covid, se han convertido en campa?as de dos meses). Que tengas que vivir en casa de tus padres por esa inestabilidad econ¨®mica-laboral o en pisos compartidos. Y encima, que los medios nos llam¨¦is "trabajadores saltarines que no saben establecerse en un sitio de forma estable".
NACHO ALLENDE
Soy t¨¦cnico superior de Marketing y Publicidad y vivo en Lloret de Mar, un pueblo que depende del turismo, as¨ª que el coronavirus ha golpeado aqu¨ª muy muy fuerte; muchas familias han tenido que acercarse a Caritas a pedir comida. En mi caso, todos mis planes laborales y los relativos a independizarme han quedado parados en el tiempo. Perd¨ª mi empleo y ¨²nicamente me ofrec¨ªan contratos temporales, as¨ª que decid¨ª abrir un canal de Youtube (NachoG?rniak). Me ha tocado reinventarme y subo v¨ªdeos en los que visito restaurantes de la zona e intento destacarme en creaci¨®n de contenido. Ahora toca pelear, replantearse la vida y ver c¨®mo vamos a hacerlo para encontrar, o crear directamente, nuevas oportunidades.
ITZIAR SANCH?S
Cuando acab¨¦ el Bachiller no ten¨ªa ni idea de qu¨¦ estudiar, nada me interesaba hasta que encontr¨¦ la carrera de Turismo. La acab¨¦ casi con matricula y tuve la oportunidad de irme de Erasmus a Londres. Luego me dieron una beca para trabajar como t¨¦cnico de turismo en el Ayuntamiento de Valencia. Despu¨¦s hice el m¨¢ster de profesorado de Secundaria (para poder opositar en un futuro) y un ciclo superior de comida... Ahora con todo este recorrido, me planto en el mundo laboral con una experiencia a base de pr¨¢cticas no remuneradas y becas, muchas becas, pero ning¨²n contrato laboral. Buscar trabajo est¨¢ siendo un infierno. Muchas empresas te descartan por ser mayor de 25 a?os y no poder hacerte un contrato de formaci¨®n, otras porque no tienes de dos a cinco a?os de experiencia, y otras simplemente porque ven tu curr¨ªculum demasiado lleno y te dicen que est¨¢s sobrecualificada, saben que si te sale otro puesto mejor los dejar¨¢s tirados. Y as¨ª seguimos, buscando trabajos precarios en un sector que generaba un 13% del PIB antes de la pandemia y que ahora es uno de los m¨¢s fustigados.
DANIEL LABORDA
Estudi¨¦ el grado en Ingenier¨ªa de Tecnolog¨ªas de la Telecomunicaci¨®n. Aunque hace cuatro a?os que termin¨¦ la carrera, no he conseguido trabajar de ello. Solo he tenido trabajos precarios, temporales y a media jornada, donde no requieren ninguna titulaci¨®n. Estoy en paro desde hace un a?o y me siento frustrado y cabreado con el sistema. Tanto del Estado como del gobierno auton¨®mico como del ayuntamiento de mi municipio he recibido siempre la misma respuesta, dicho con otras palabras de forma disimulada: "B¨²scate la vida".
CAMILA JIM?NEZ
He trabajado mucho en el sector de la hosteler¨ªa de la costa de Tarragona. Todos los contratos han sido precarios: las horas semanales que figuraban sobre el papel eran como mucho 10, pero yo trabajaba m¨¢s de 40 horas a la semana. No entiendo c¨®mo no hay m¨¢s inspecciones en las empresas de hosteler¨ªa. No veo un futuro para los j¨®venes si el Gobierno no garantiza contratos justos.
SAID OFKIR
Estudio derecho en la UNED y trabajo en una imprenta. Mi primer trabajo fue en una pizzer¨ªa; muchas horas por 350 euros mensuales. Llevo cuatro a?os cobrando el salario m¨ªnimo y a¨²n no me da para poder alquilar una casa. Muchos compa?eros m¨¢s mayores llevan muchos a?os compartiendo piso. Si tienes recursos puedes estudiar, pero si te toca costearte tus estudios, puedes tardar hasta el doble de tiempo en sacarte la carrera. Llevamos desde la crisis del 2008 encadenando trabajos basura y con la covid fuimos los primeros a los que echaron. La juventud mejor preparada de la historia no puede crear un futuro sostenible; vive sumida en la incertidumbre. Me pregunto c¨®mo vamos a pagar las pensiones de nuestros padres. Ya no solo eso, ?c¨®mo vamos a traer descendencia a una sociedad que ni siquiera se preocupa por nosotros?
MARTA RODR?GUEZ
Realic¨¦ la mitad de mi tesis en Francia y la otra mitad en Tarragona. Volv¨ª a mi ciudad como investigadora postdoctoral con un contrato de casi dos a?os. Despu¨¦s, en el paro, empec¨¦ el M¨¢ster de Profesor de Educaci¨®n Secundaria. Luego me mud¨¦ a Bilbao, tambi¨¦n como investigadora. A?os con la casa a cuestas tras los que he decidido plantarme. Voy a instalarme donde quiero estar, en Valladolid, y a buscar alguna alternativa laboral en la que poder utilizar mi experiencia como investigadora. Da pena lo olvidada que est¨¢ la investigaci¨®n en este pa¨ªs. Yo he decidido quedarme, muchos compa?eros se han ido a otros pa¨ªses y es complicado que quieran volver a estas condiciones tan lamentables.
ANA ALEMANY
Estoy acabando Derecho y Administraci¨®n de Empresas y trabajando por las tardes. Ser joven en 2021 es mejor que en 2020, partamos de ah¨ª. Salir a la calle o tener la oportunidad de resolver dudas escolares en una pizarra, y no por Zoom, son privilegios que nunca hab¨ªa apreciado. La idea de independizarse es otro cantar, aunque no me quejo: llevo un a?o disfrutando de una beca, me pagan, aprendo de lo m¨ªo y lo que es mejor, cotizo y puedo costearme la universidad. No puedo irme de discotecas, pero no me importa: siempre me ha gustado m¨¢s una cerveza con patatas y olivas (t¨ªpico murciano) al sol que m¨¢s calienta.
?LVARO DE LUNA
Graduado en Filosof¨ªa y m¨¢ster en Cr¨ªtica cinematogr¨¢fica, despu¨¦s de un a?o trabajando de librero en la FNAC no me renovaron y me dedico precariamente a la figuraci¨®n de cine, al tiempo que estudio Literatura espa?ola. Pas¨¦ la pandemia junto a mi pareja en un piso de 27 metros cuadrados por 560 euros mensuales (sin gastos). He sufrido importantes crisis de ansiedad que no fueron (y no son) tratados por la sanidad p¨²blica (por la privada no puedo permit¨ªrmelo). Aunque mis padres desde Sevilla me enviaron dinero tuvimos que recurrir a C¨¢ritas para recibir alimentos algunos meses. Mi esperanza es exigua y mi miedo cada vez mayor: temo la polarizaci¨®n social y pol¨ªtica, el salvaje capitalismo en el que nadamos cada vez con mayor resignaci¨®n, la magullada fraternidad y el ¨¦xito del individualismo. Temo la poca importancia dada a la igualdad (con ¨ªndices de desigualdad cada vez mayores), as¨ª como un gris futuro en el que la precariedad, las crisis (econ¨®micas, clim¨¢ticas, sociales) y el ego¨ªsmo neoliberal triunfen.
JONATHAN HOLGU?N
Tengo la gran suerte de trabajar en lo que he estudiado, en un departamento legal. Con mi salario, algo m¨¢s de 1.000 euros, tengo que ayudar a mi familia: son aut¨®nomos, mi madre tiene una peluquer¨ªa, y han sido los grandes golpeados por la crisis. La visi¨®n de futuro est¨¢ un poquito oscura, en Barcelona es imposible independizarte, tienes que compartir piso, y en estos momentos ayudar. As¨ª que ahorrar no puedes y es complejo hacer una proyecci¨®n a largo plazo y ya familia ni plante¨¢rtelo.
Cap¨ªtulo 2 | Paro y precariedad